El flamenco es un arte antiguo cuyo origen es tan interesante como su práctica. De hecho, parece difícil poder ubicar realmente en la historia los inicios de este arte. Parece ser un arte antiguo. Antes de la evidencia escrita, su existencia se conoció a través de la transmisión oral. Sin embargo, lo que se puede decir es que su cuna es el actual territorio andaluz. Al igual que la región andaluza, el flamenco se creó y evolucionó a través de los diferentes orígenes étnicos que coexistieron en este territorio español, a saber, orígenes musulmanes, cristianos, judíos y gitanos. Es este cruce lo que le da esta dimensión que es a la vez particular, íntima y espléndida.

Desde mediados del siglo XVIII, el flamenco se dividió en tres escuelas, Triana (emblemático distrito de Sévillan), Jerez de la Frontera y Cádiz. También es en este momento que el flamenco comenzará a convertirse en un baile español en toda regla y se extenderá gracias al nacimiento de escuelas de danza y espectáculos. En ese momento, el baile fue acompañado por las famosas "Palmas", incluso si algunos compositores como Julián Arcas comenzaron a componer música de estilo flamenco. La guitarra, que hoy es inseparable del baile, llegará a su apogeo mucho más tarde. No fue sino hasta finales del siglo XIX que el baile fue acompañado por la guitarra y la canción.

Hacia mediados del siglo XX, el flamenco comenzará a ocupar más espacio y sus representaciones serán cada vez más numerosas y de allí se derivarán varios subgéneros como Fandango, que tiene inspiraciones latinoamericanas. Con un éxito creciente, el flamenco comenzará a extenderse cada vez más a través de tablaos, teatros y festivales de flamenco. Esta gran difusión también será gracias a grandes guitarristas como Paco de Lucía, Manuel Cano, Víctor Monge Serranito y Manolo Sanlúcar.

Hoy, incluso si Andalucía sigue siendo la capital del flamenco, este arte tiene un aura internacional que lo hace presente en todos los continentes y en muchos países. Este éxito mundial le ha permitido ser catalogado desde 2010 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta apertura al mundo le ha permitido adquirir nuevos colores, lo que le da nuevas influencias, nuevas visiones y nuevas interpretaciones. Sin embargo, su forma más pura e íntima siempre residirá en la Andalucía moderna, donde cada nueva generación continúa cantando y bailando sus emociones al ritmo de "Palmas" y al sonido muy rítmico de las guitarras flamencas.